Mar y Humber llegaron a nosotros a través de una amiga que nos recomendó y desde el día que nos conocímos tomando un café en el madrileño barrio de Chueca sabíamos que de allí saldrían cosas muy especiales.
Una semana antes de la boda quedamos para recorrer las calles de Madrid en las que han hecho gran parte de su vida y que para ellos son especiales. También para nosotros porque no nos puede gustar más Malasaña.
Este es el resultado de una sesión con dos personas que funcionan de manera increíble entre si y a las que fue un auténtico placer hacerles fotos antes de su boda.